Si estuviéramos hablando de huracanes, la llegada de la cadena Forever 21 a Costa Rica, podría calificarse de categoría 5, con daños incalculables en la billetera de las compradoras y orden de evacuación para el resto de las tiendas de Multiplaza.
Talvez crean que exagero pero les aseguro que cada mujer que conozco estaba esperando el día en que abrieran las puertas de la tienda, como si fuera un Black Friday gratis.
Y ya que me invitaron a la inauguración especial para la prensa, pude ver de primera mano la reacción de las mujeres a mi alrededor y escuché lo mismo que escucho siempre en Estados Unidos:
-"¡Qué líndooooo! ¿Qué? ¿Este es el precio? ¿Es en serio?-
Acto seguido, meten en "la bolsa negra" media docena del mismo ítem en todos los colores disponibles y corren a la caja, antes de que alguien descubra que hay un error en el precio.
Y es que esta marca es la campeona en el arte de vender fast fashion o, lo que es lo mismo, poner lo último de la moda urbana al alcance de la mano de las consumidoras con precios insuperables.
Por eso en nuestro encarecido país, donde estamos acostumbrados a pagar de más por todo, cuando nos encontramos con un par de flats (de los que sólo se ven en Pinterest) a $20 ó una blusa a $6 lo normal es comprar, comprar y comprar...Lo que yo llamo entrar en el trance Forever 21.
Porque ese trance lo he vivido en carne propia, cada vez que he ido por algún mall y he visto el rótulo mi corazón se acelera, he corrido a la tienda, he agarrado fuerte "la bolsa negra" y me he perdido durante una hora y media entre los racks de blusas de polka dots, denim, leggings, vestidos de rayas, zapatos divinos y mi sección favorita: los accesorios!
Y mientras esa noche recorríamos la tienda en Multiplaza Escazú, con copa de vino blanco en mano, mi amiga Marce y yo comentábamos que sí, que está genial que tengamos Forever 21 en San José peeeero ¿Ahora con cuál tienda nos vamos a emocionar, como si fuera Disney, cada vez que volvamos a Estados Unidos?
En eso, nos distrajo un par de zapatos tan lindos que nos hicieron olvidar de lo que veníamos hablando y otra vez, el trance.
Pero no teman, mis queridas lectoras, lo natural es que todas pasemos por esto, sólo las más fuertes (y las menos impresionables) saldrán con la tarjeta de crédito intacta.
El resto, dejémonos llevar...
(Fotos cortesía de Forever 21)
